domingo, 12 de junio de 2016
miércoles, 8 de junio de 2016
Primer premio del "Concurso literario" (Modalidad: Teatro): Íker Hernáez. 3º B
(Es de noche. Patio de la casa de la familia
Capuleto. A la derecha, la fachada, de lujosa apariencia. Hay un balcón en el
centro del que sale una luz, como si alguien estuviera dentro. Enredaderas
cubriendo la pared. Un muro a la izquierda.)
ESCENA
I.
(Entran DON QUIJOTE y SANCHO por la izquierda, montados
en un caballo y un asno).
DON QUIJOTE: Observa bien, mi leal
amigo Sancho, pues aquí vive el malvado noble que interpuso aquel ejército en
nuestro camino.
SANCHO: (Un poco harto) Haga el favor, mi señor Don Quijote,
de entrar en razón. Que le repito que no eran hombres, sino un rebaño de ovejas
al que usted atacaba.
DON QUIJOTE: ¿Cómo dices eso? ¿Acaso no
los vistes con tus propios ojos?
(Sale
Julieta del balcón, alertada por el murmullo del exterior.)
JULIETA: ¿Quién anda ahí? ¿A qué
viene semejante alboroto? (Mirando a DON
QUIJOTE y SANCHO PANZA) ¿Quiénes sois vosotros? ¡Fuera de mi casa!
DON QUIJOTE: (Asombrado) ¿Dulcinea? ¿Eres tú?
¡Santa María! ¡Mire su rostro, está mucho más joven!
JULIETA: (Enfadada) ¿De dónde se ha escapado, loco? Ni soy esa tal Dulcinea, puesto me
llaman Julieta, y ni usted debería estar aquí, así que márchese cuanto antes.
(Entra
ROMEO, también por la izquierda, a paso ligero.)
ROMEO: (Dulce) ¡Oh, Julieta! ¡El
brillo de tus mejillas vuelve a resplandecerme! ¡Juro por la luna que…! (Mirando a DON QUIJOTE) ¿Os conozco?
¿Venís a ayudar a Julieta?
JULIETA: ¡Ay,
Romeo! ¿Cómo habéis entrado? ¡Qué importa! ¡Apártate de esos dos, que estaba yo
en mi habitación cuando les he escuchado hablar y todavía no sé a qué han
venido!
(Entra
el SEÑOR CAPULETO con un farolillo en la mano.)
CAPULETO: ¡Por mi vida! ¡Ya sospecha yo
que algo ocurría! ¡Han entrado en nuestra casa! (Gritando) ¡¡Guardias, guardias!!
DON QUIJOTE: ¡Ahora acabo de caer, Sancho! ¡El malvado señor, consciente de que
veníamos, ha contratado una bruja para hacerse pasar por Dulcinea y capturarme!
¿Cómo podría, entonces, rejuvenecer de tal manera?
(Entran
tres GUARDIAS de la ciudad saltando el muro del jardín. ROMEO se esconde tras
unos arbustos y JULIETA vuelve asustada a su habitación.)
DON QUIJOTE: ¡Mira, ahora! ¡Esa bruja acaba de
invocar a tres terribles bestias para que luchen a su lado! ¡Vienen a
buscarnos, mi fiel amigo Sancho!
(DON QUIJOTE espolea al caballo y se encara a los
GUARDIAS con la lanza al frente.
Los guardias consiguen tirarle del caballo y capturan a DON QUIJOTE y a SANCHO.)
Los guardias consiguen tirarle del caballo y capturan a DON QUIJOTE y a SANCHO.)
ESCENA
II.
(ROMEO se reúne con FRAY
LORENZO, su amigo el fraile, en la capilla de la ciudad. Algunas vidrieras al
fondo. Una luz cálida, casi naranja, ilumina la escena.)
ROMEO: ¡Fray Lorenzo! ¡Traigo noticias! Anoche en el patio de
los Capuleto entró un…
LORENZO: (Le interrumpe) No me diga, Romeo. Le
sorprendería saber lo rápido que corren en la ciudad ese tipo de noticias. (Para unos segundos y vuelve a hablar) Y
dime, ¿qué es lo que le ha traído por aquí?
ROMEO: Creo que ese misterioso
hombre podría saber muchas cosas. Parecía un firme enemigo del señor de los
Capuleto, pero a estas alturas ya estará en las mazmorras de la ciudad.
¿Podría…?
LORENZO: (Le interrumpe de nuevo) ¡Dios perdone
el pecado! No voy a involucrarme en esa locura, si es lo que me pide.
ROMEO: ¡Lo
único que deseo es hablar con él!
(LORENZO
sale unos segundos. Vuelve con un frasco en la mano y se lo da a Romeo).
LORENZO: (Casi susurrando) Tome este
elixir y haga que se lo beban aquellos que vigilan la mazmorra. Les hará dormir
y parecerán muertos. Eso le dará tiempo para hablar.
ROMEO: Pero,
¿cómo voy a …?
LORENZO: (Le interrumpe por tercera vez) ¡Cuerpo de Cristo! ¡No lo sé! ¡Engáñeles! ¡Llévelos a la taberna
aprovechando el estatus de su familia! ¡No lo sé!
ROMEO: ¡Dios
os bendiga, Fray Lorenzo! ¡Gracias! (Sale
de la escena).
ESCENA III.
(Mazmorras.
Sala oscura construida de piedra. En la entrada hay unas escaleras que bajan
hasta las celdas. Aparece ROMEO, que ha conseguido infiltrarse.)
ROMEO: (Dirigiéndose hacia la celda de DON QUIJOTE) ¡Sois vos! ¡Necesito hablar urgentemente!
DON QUIJOTE: (Levantándose del suelo) Ah, os dije
que no tardarían en rescatarnos, mi fiel amigo Sancho. (Mira con extrañeza) Un momento, ¿no sois usted aquel mozo del
patio, aliado de la bruja?
ROMEO: ¡Basta!
¡Mi amada Julieta no es una bruja! Tan sólo estoy aquí para saber por qué se
enfrenta al señor de los Capuleto.
DON QUIJOTE: ¡Oh! Así que Julieta es su
nombre… Sepa usted que ese horrible
ser ha adoptado la forma de mi bella Dulcinea para capturarme. Pero no se
saldrá con la suya.
SANCHO: No conocemos a
ese tal señor de los Capuleto, buen mozo. Mi señor está delirando. Llegamos
aquí por error y ahora deseamos escapar de esta celda más que otra cosa.
ROMEO: ¿Acaso es
posible? ¿Está diciendo usted la verdad?
SANCHO: De buena manera.
Se lo he advertido ya varias veces, pero los delirios de mi señor no conocen
límites.
DON QUIJOTE: ¡No se engañe más, Sancho!
¡Esa bruja era igual que Dulcinea! ¡Y ya vio cómo envió a sus bestias para
acorralarnos!
SANCHO: (Ignorando a DON QUIJOTE) Por favor,
buen mozo, ¿podría sacarnos de aquí?
ROMEO: Así
que sólo se trataba un pobre loco… (Decepcionado) Ya que me he aventurado a venir, no
tengo mucho más que perder.
(ROMEO
saca una llave del bolsillo, robada de los guardias, y abre la celda. DON QUIJOTE
y SANCHO salen.)
SANCHO: Que Dios
se lo tenga en cuenta, buen mozo. Nos iremos lo más lejos que podamos.
DON QUIJOTE: Hay que vencer a
esa bruja. ¡A saber qué tipo de trampas habrá preparado para capturarnos de
nuevo, amigo Sancho!
SANCHO: Mi señor Don
Quijote; ahora que sabe que esa bruja sólo es una impostora que se hace pasar
por Dulcinea, no tiene ningún poder sobre usted. La ha derrotado porque sus
engaños ya no son tales.
DON QUIJOTE: Razón no le falta.
ROMEO: ¡Hagan el favor
de irse a otra parte! ¡El tiempo apremia!
(DON QUIJOTE y SANCHO suben por las escaleras que llevan fuera de
las mazmorras. ROMEO escapa detrás de ellos. Voz superpuesta que narra cómo
SANCHO y DON QUIJOTE continuaron sus aventuras con normalidad. FIN)
Primer premio del "Concurso Literario" (Modalidad: Relato de tema libre): Daniel Kiaikiay (2º B)
Más sabe el zorro por viejo...
El abuelo ya
se temía que algo no iba bien cuando vio entrar en casa, abatido, a su nieto de
10 años.Lo conocía desde que era un renacuajo y sabía que algo le pasaba.
-¿Qué te pasa hijo? Preguntó
el abuelo con una voz dulce y tranquilizadora.
- En la escuela me llaman
bicho raro y dicen que no soy normal -dijo el chiquillo acercándosele vacilante.
-¿Y eso por qué?
-Po…po…porque a…a veces me
gusta saltar a la comba con las niñas de mi curso y jugar con ellas - sollozó
el niño con lágrimas en los ojos.
-¿Y por qué te resulta tan
vergonzoso? A veces somos las personas distintas y nuestros gustos las que
hacen que nuestra sociedad funcione y prospere. Cada uno tenemos un papel
esencial en las vidas de los demás. ¿Qué horror sería si todos fuéramos iguales!
La mueca de la cara del niño
hizo ver al abuelo que no conseguía convencerlo.
-Si no lo crees, encantado
estaré de contarte la historia de un chico que era más o menos de tu edad al
que le sucedió algo parecido.Todo comienza en un pequeño pueblo, situado en un
valle entre dos montañas.
El niño salía
de la escuela seguido de un grandote niño pelirrojo acompañado de tres chicos.
Parece ser que estos se divertían tirándole piedras al chavalín y gritándole
todo tipo de sandeces e improperios mientras este seguía caminando sollozante.
Todos los días llegaba a casa lloroso y abatido. Su padre no soportaba que no
se enfrentara a ellos y le abroncaba.
Hasta que un día, harto de todo lo que le sucedía, decidió escaparse al bosque,
aunque alguna vez miraba hacia atrás durante la marcha debatiendo en su mente
si era buena idea, ya que durante la noche, emergían todo tipo de criaturas de
entre las sombras y podían atacarle, e incluso matarlo. Pero, al menos no le
harían ni la mitad de daño que le habían ocasionado su familia y compañeros.
Prefería el daño físico a las burlas. Pero cegado por la decisión de marcharse
del pueblo, no se dio cuenta de por dónde iba, así que se perdió. Minutos más
tarde llegó a la orilla de un inmenso lago en las faldas de una montaña, al que
la plateada luz de la luna llena primaveral inundaba. Se acurrucó bajo un árbol
y empezó a pensar en todo lo que había dejado atrás y cómo se tomaría su padre
su marcha.
- ¿¡¿¡Por qué
no me dejarán en paz!?!? Se lamentaba el niño.
- Porque
detectan tu miedo….
-¿¡Quién está
ahí?! ¡Sal y da la cara cobarde!
De entre las
sombras salió un viejo zorro, mostrando media sonrisa. Éste se le acercó
lentamente. Aunque el niño, atemorizado, retrocedía gateando, pero sinapartar
la vista del animal.
-Y lo dice el
niño que huye de sus problemas escondiéndose como una vulgar rata, sin ni
siquiera haberse enfrentado a ellos...
¿Quién es el cobarde ahora?
El
niñocontemplaba atónito al animal.
-¿Cómo puedes
hablar?
-
Jeje…-vaciló el zorro- ¿De verdad quieres saberlo? Respondió el zorro con una
mirada punzante y un tono severo, el niño negó moviendo la cabeza de lado a
lado.
Y tras largas
horas de charla y jugueteo, los dos se acurrucaron juntos para pasar la noche.
Y así pasaron largos mesesde amistad y el niño empezaba a confiar plenamente en
el zorro y juntos emprendieron todo tipo de viajes, de los cuales el niño
aprendía valiosas lecciones. Una vez, le quitó la nuez a una ardilla porque
estaba realmente hambriento, inmediatamente la ardilla saltó sobre él y empezó
a arañarle y mordisquearle hasta que finalmente consiguió su preciada nuez.
El noble
zorro, mientras esto sucedía, observaba los hechos sonriendo de vez en cuando.
Cuando este contratiempo cesó, el niño miraba al zorro con cara de asombro y,
enseguida, éste se lo explicó:
-¿Lo ves?
Aunque eres mucho más grande que ella, ha peleado por lo que es suyo sin
importarle el tamaño de su oponente, en éste caso, tú. Ha defendido lo que consideraba justo-la nuez
era suya y no era justo que se la arrebataras- y eso ha sido suficiente para controlar
su miedo y enfrentarse a ti.
El niño
permaneció pensativo un buen rato. El zorro respetó su silencio dándose cuenta
de la importancia del de lo que estaba sucediendo.
-Creo que ha
llegado el momento de que regreses a tu hogar, con los tuyos; ya has aprendido lo suficiente como para
afrontar los problemas que te llevaron a perderte en el bosque.
El niño
aceptó, sabía que el zorro tenía razón. Llegados al puebloel día siguiente, el
niño llevaba al zorro por una serie de callejuelas para ir a su casa. En cuanto
en frente de ésta se situó, el niño se giró para indicarle al zorro que ya habían llegado, pero el zorro
no estaba, cosa que no preocupó demasiado al niño ya que creía que había
regresado al bosque. Comenzó Septiembre y con él las clases y los insultos de
los compañeros. Al ver la cara de desprecio de aquel grandote pelirrojo cuando
le llamó “bicho anormal” recordó el semblante decidido de la ardilla en el
bosque y aquello del olor del miedo. Esto le ayudó a armarse de valor y al fin,se
enfrentó a él:
-¿¡Qué
problema tienes conmigo!?
-¡Que eres un
bicho raro! -le respondió con una risita de superioridad.
- Te recuerdo
que tu casa es contigua a la mía y veo todo lo que haces en el jardín por las
tardes… ¿Quieres que todos lo sepan? ¿Eh, es eso lo que quieres? ¿Que se
enteren? Cada uno es como es y es obligación de los demás respetarlo.
El chaval,
con las mejillas encendidas de vergüenza, se giró y les hizo un gesto a su
grupito de que debían irse, y éste se marchó con ellos.
-¿Enserio
abuelo? ¡Qué niño más valiente!, quiero ser como él.
- Tranquilo, te pareces más
a él de lo que crees…señaló el abuelo.
Y el niño lució una gran
sonrisa en el rostro, y a esta, la sucedió la del abuelo, que quedó complacido
por haber ayudado a su nieto.
No obstante, pensó que su
nieto necesitaría de él algo más que sus historias.
Segundo premio del "Concurso Literario" (Modalidad Ensayo): María Alonso 2º Bachillerato.
En la sociedad en la que vivimos, donde cada
día parece importar más la prosperidad económica, donde se exalta el dinero y
se convierte en nuestro fin último en la vida, el papel y la necesidad de las Humanidades se
encuentra constantemente cuestionado. Tanto es así, que el estudio de estas
últimas generalmente es percibido por la sociedad como algo inferior a la
formación en Ciencias, otorgándoles a estas mucha más importancia. Sin embargo,
ambos campos no están reñidos y son perfectamente compatibles; el progreso
tecnológico, científico y económico necesita de estas disciplinas para
desarrollarse de forma ética y enfocarse hacia el bienestar de las personas. Por
lo tanto, las Humanidades --que engloban
la lengua, la literatura, las artes, la historia y la filosofía principalmente--
son cada vez más necesarias en nuestra compleja sociedad donde los valores
éticos se están perdiendo y desaparecen las barreras entre lo que está bien y
lo que está mal mientras que nos empeñamos en repetir los errores de nuestro
pasado.
Quizás esta decadencia que están experimentado
las Humanidades en los últimos tiempos se deba, entre otras razones, a que a
los gobiernos de turno no les interesa que se desarrollen ni que progresen. Por
un lado, no contribuyen directamente a la economía; y por otro, estimulan el
pensamiento y la conciencia crítica en los ciudadanos, lo cual no conviene en
muchas ocasiones, por razones más que obvias. Prueba de todo lo anterior son las
pocas inversiones que se realizan en este ámbito.
En este sentido, la educación juega un papel
muy importante, debiendo presentarse como estandarte para ensalzar la labor de la historia, la
filosofía, la lengua, las artes… ayudando a los alumnos a adoptar una posición
más humana ante la sociedad y haciéndoles desarrollar aspectos como la
creatividad, la imaginación o la capacidad crítica, imprescindibles, por otra
parte, a la hora de interpretar y de buscar soluciones a las crisis económicas, políticas o culturales, e incluso
a la hora de afrontar dificultades relacionadas con nuestra vida cotidiana.
Las Humanidades, en definitiva, nos ayudan a
comprender lo que nos pasa, a analizar nuestras situaciones, a estudiarlas de
forma crítica e intentar buscarles soluciones si lo precisan. También
establecen los límites morales que todos debemos seguir para evitar que nuestra
convivencia sea un caos y nos permiten construir un futuro evitando las
equivocaciones del pasado y sacando partido de todo aquello que se ha hecho
bien.
También es importante destacar que, aunque no
aportan beneficio económico, sí que proporcionan una gran riqueza a la
sociedad. Ejemplo de ello son las obras literarias, que, además de servir como
disfrute de la población, son una de las principales fuentes de sabiduría; el
arte, en cualquiera de sus variedades, tan necesario para desarrollar la creatividad
de las personas; la diversidad cultural, que nos permite ser diferentes a la
vez que iguales,…. No olvidemos que en el mundo existen más de 7000 lenguas
distintas, cada una con su riqueza y sus particularidades.
En conclusión, no hay ninguna duda de que las
Humanidades sean necesarias en nuestra sociedad actual. De nada sirve el
progreso económico o científico si nos olvidamos de lo más importante: las
personas. Todo lo que se haga tiene que estar enfocado hacia ellas y su
bienestar.
María ALONSO (2º Bachillerato)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)